Atentado a la AMIA: se cumplen 30 años del ataque terrorista más cruento de la historia argentina

El ataque a la mutual judía Amia de la ciudad de Buenos Aires dejó un saldo de 85 muertos y más de 300 heridos. Los responsables siguen impunes.

Actualidad18 de julio de 2024RedacciónRedacción
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Hoy 18 de julio es el 30º aniversario del ataque terrorista contra la sede de AMIA, una de las fechas más negras de la historia argentina.

En 1994, a las 9:53 de un día como hoy un coche bomba estalló en la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) y sacudió para siempre a toda la sociedad argentina.

Es considerado el mayor atentado terrorista de la historia del país y se produjo apenas 2 años y 4 meses después del atentado a la Embajada de Israel en la Argentina, que había dejado un saldo de 22 muertos.

Desde ese día y cada aniversario a esa hora exacta, suena una sirena para conmemorar a las 85 víctimas fatales del atentado, sus familiares y los más de 300 heridos que aún cargan con las huellas de ese acto de terrorismo.

30 años han pasado sin que la investigación judicial ni las acciones de los distintos gobiernos hayan arrojado resultados satisfactorios para los familiares de las victimas y los heridos.

En total, 77 víctimas estaban dentro de la sede de la mutual judía y otras 18 en la vereda o en edificios aledaños al momento del atentado, cuyos responsables siguen impunes.

La iniciativa del gobierno de la ex presidenta Cristina Kirchner para acordar con Irán el interrogatorio en Teherán a los acusados terminó rodeada de polémica, rechazo, inconstitucionalidad y resultados nulos.

Ahora, el gobierno del presidente Javier Milei intenta implementar el juicio en ausencia para avanzar con el proceso que apunto a los iraníes.

A lo largo de los años, sin novedades judiciales a la vista, sobre el atentado a la AMIA se produjeron miles de artículos periodísticos y decenas de libros, ensayos y videos, así como centenares de testimonios orales, expresiones artísticas, imágenes y actividades educativas.

Hijos y nietos de aquellas víctimas se encargan de mantener vivo el reclamo y la memoria de sus seres queridos. La sociedad tampoco olvida y exige justicia.

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